viernes, 13 de junio de 2014

Historia de la Biblioteca de la Escuela Nacional de Música de la UNAM

Entre los documentos que conforman el archivo vertical de la Coordinación de Acervos Musicales encontramos la siguiente reseña, escrita por el fundador de la primera biblioteca que se creo en la Escuela Nacional de Música, el Sr. Gonzalo Angulo Romero



La Biblioteca de la Escuela Nacional de Música ha tenido mucho qué ver en la trayectoria de la superación cultural de la Escuela. Y aquélla se ha debido a la actividad de su bibliotecario quien, con una labor meritoria llena de entusiasmo, dedicación y gran cariño, le ha dedicado toda su vida. He aquí, a grandes rasgos, una historia de las funciones de la Biblioteca en relación con la Escuela Nacional de Música.

 1931: Fundación de la Biblioteca por Gonzalo Angulo, siendo este alumno de 2º año. Esta actividad sólo duró seis meses, la persona nombrada renunció en vista de no poder conseguir un sueldo. El material bibliográfico, muy reducido; sinfonías de Beethoven para orquesta, música suelta para piano y folletos varios.

  1943: Se abre de nuevo la Biblioteca a iniciativa del mismo Sr. Angulo y viene una persona del Departamento de Bibliotecas de la UNAM a hacerse cargo de la misma. La cual permanece hasta diciembre y no vuelve a presentarse en enero del siguiente año. Esto motiva que el Sr. Angulo tenga que hacerse cargo de la Biblioteca e iniciar estudios de Bibliotecología (en aquel entonces no existía la carrera en la Universidad; sólo había pequeños cursos temporales, estudiando durante dos años en la Escuela de Bibliotecología de la Secretaría de Educación Pública para iniciar la parte técnica bibliotecológica).

1944: Se inicia la formación del acervo bibliográfico musical con la cooperación de la Unión de Profesores; cada maestro acepto cooperar con diez pesos y además fue conseguido dinero a través de rifas de discos y música escrita donados por particulares para tal objeto. 

1945-1953: Durante estos ochos años el movimiento de progreso fue lento. Todo el material cabía en un viejo ropero y la Biblioteca constaba de dos mesas tambaleantes de madera y ocupó durante dos ocasiones la cocina con todo y sus braceros. 

1955-1958: Con la ayuda del maestro Juan D. Tercero y del Dr. Jesús Romero, dos directores que brindaron toda su ayuda, se consiguió estantería de madera y mesas de todos tamaños. Se dio un gran paso, la Universidad tomó más en cuenta a la Biblioteca y se contó con una cantidad asignada para la compra de los libros. Los alumnos empezaron a visitar la Biblioteca; ya había algo qué consultar. 

1958-1965: El acervo crece considerablemente con la compra de libros viejos adquiridos en La Lagunilla con fondos donados por particulares y por algunos profesores de la Escuela. El maestro Tercero dona su Biblioteca, compuesta por obras de primera clase, pero valuada por el Sr. Angulo como libros viejos en la cantidad de 60 mil pesos. Con la ayuda del Dr. Romero se compra el archivo sinfónico del maestro Roca bruna, valuado por el mismo Sr. Angulo en tres mil pesos en la misma forma, como obras de tercera. 

Se inicia la discoteca formalmente. Se compra un aparato de la marca Fischer con una buena bocina y se consigue entonces un buen sonido. Se compró también una considerable colección de discos. Se inicia entonces la asesoría bibliográfica y musical para las clases de Historia de la Música y Estética.

1966-1978: Donación de la biblioteca del maestro Manuel M. Ponce por su viuda, valuada en la cantidad de 45 mil pesos. Sólo vinieron libros que había usado el maestro, pero sin sus obras musicales.


Con este acervo ya fue posible ampliar el servicio bibliográfico para toda clase de usuarios del D.F. y de provincia. Se comprendió la importancia de contar con una biblioteca especializada y la ayuda que prestaba. Se inició un dialogo y un puente de comunicación con el fin de comprender las necesidades de los usuarios y tratar de conseguir tanto los libros como la música adecuada para satisfacer sus necesidades. Casi se imparte de una manera extraoficial una clase musical que viene a ayudar a los maestros que imparten las clases de Audiciones Comentadas, Estéticas e Historia de la Música, no sólo con bibliografía musical, sino también con ejemplos musicales en discos. 

Se grabaron todas las clases del cursos de Estéticas del profesor José Luis Curiel, las conferencias de Kurt Pahlen, las conferencias de Cordero, los conciertos de la Escuela; todo con un fin educativo. Se inició la grabación de los alumnos de canto por períodos temporales, con el fin de que se notara su adelanto vocal. Ya fue posible ayudar a los alumnos pasantes a hacer sus tesis; hay varios maestros recibidos que están agradecidos por toda la ayuda que desinteresadamente se les proporcionó para terminar sus tesis. 

Se coopero con la dirección para explicar a los alumnos las distintas carreras instrumentales, haciéndoles ver las posibilidades económicas, su valor social y explicación del instrumento con ejemplos musicales.

Se inició la recopilación de fuentes para la historia de la música en México (para el folklor) en recortes de periódico y música mexicana del XIX y lo mejor que hay en México.
El hombre orquesta ya fue insuficiente. Hubo necesidad de pedir ayuda  y así entraron tres personas que rápidamente fueron también insuficientes, pues las actividades crecían. Para la parte técnica hubo necesidad de inventar una clasificación especial para catalogar los discos, por no haber una clasificación más corta que la del Congreso de Washington, la cual es muy numerosa para nosotros, que contábamos con unos cuentos discos.

Muchos libros se han perdido y estos son criticados al Sr. Angulo duramente, pero es de su consideración que valió la pena arriesgar para dar toda la ayuda a los alumnos y elevar el nivel musical. Por otra parte, muchas obras se han repuesto con otras más modernas y eficaces.

Los usuarios han comprendido el esfuerzo y han cooperado donando libros, discos y música escrita, además de donaciones económicas que han servido para la compra de una grabadora de casetes. A pesar de todo, el acervo ha crecido. El servicio mejoro; se dio asesoría a las Escuelas de Música de Tampico, Puebla y Monterrey. En el D.F. se atiende alumnos de secundaria, Normal, del Conservatorio, de la Escuela Superior de Música y a investigadores. A todos ellos se les atiende y se les da la ayuda necesaria.

 En lo que se refiere a la música del XVIII, con la ayuda del maestro Francisco Galnares, director de esta Escuela, se investigo y se copio la música de las Catedrales de Morelia, Oaxaca y Guadalajara. Esto dio lugar, a iniciativa del Sr. Angulo, a que se dieran los primeros pasos para fundar una Extensión de Musicología Mexicana para más adelante. Debe mencionarse que la Biblioteca Benjamín Franklin ha dado grandes donaciones, encontrándose entre ellas, música impresa, discos, libros e incluso un mueble para colocar discos. 

En 1979 se inicia la instalación de todo el material en el nuevo edificio, cuya Biblioteca, a petición del profesorado y a alumnado de la Escuela, se llama “GONZALO ANGULO”. Hubo entonces la necesidad de dejar las riendas de las actividades en otra persona que se encargara de la Coordinación, pues fue necesario que entrara más gente dada la imposibilidad de ser atendido todo es por el Sr. Angulo. De esta manera ingresó una secretaria, un técnico en biblioteconomía, un ingeniero de sonido que se encarga de la dirección y mantenimiento de la discoteca, un musicólogo para el inicio de la Extensión de Musicología. De esta manera el Sr. Angulo ha podido atender con más eficacia y dirigir la parte técnica musical y encargarse del servicio de consulta para todo el que lo solicite.

Para todas estas actividades ha sido apremiante para el Sr. Angulo el estudio e investigación musical con todo entusiasmo.



GONZALO ANGULO ROMERO
JEFE DE LA BIBLITECA